Triunfo de la democracia

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El proceso electo­ral que hemos vi­vido ha sido el más difícil, inten­so, extraño, atípi­co y retador en lo que va del siglo XXI. No ha sido fácil pa­ra ninguno de los partidos en­frentarse a tantos certáme­nes electorales consecutivos, a la vez que nos tuvimos que adaptar para afrontar la rea­lidad de una pandemia sin precedentes en la historia de la humanidad. El sistema de partidos de nuestro país le de­be una disculpa a los ciudada­nos, por tantos meses de in­certidumbre, de situaciones difíciles que, muy probable­mente, generaron animad­versión y crisparon los ánimos de los ciudadanos.

Nos queda la satisfacción de que la ciudadanía se ex­presó con madurez y civismo, que se manifestó la voluntad popular y que, aunque hoy es adversa a nosotros, la deci­sión soberana deja evidencia de una sociedad que ha avan­zado y que ha dejado atrás los fantasmas de los procesos electorales.

Para las autoridades que cumplimos con nuestro de­ber y que ahora asumiremos nuevos retos, las reglas de la democracia nos motivan a ponernos a disposición de las nuevas autoridades, para ase­gurar una transición pacífica y en orden, de forma que dis­pongan de las informaciones pertinentes para tomar las mejores decisiones del país.

Para los que nos manten­dremos activamente en la po­lítica, especialmente desde el Partido de la Liberación Do­minicana, ha llegado la hora de reflexionar y evaluar nues­tras faltas, acoger con humil­dad la decisión de los votantes y emprender el camino largo, pero necesario, de la intros­pección, para recuperar el fa­vor del pueblo y conectar una vez más con los anhelos y los sueños de los dominicanos y las dominicanas. Para las au­toridades entrantes, es impor­tante reconocer los avances institucionales que ha logrado el país en los últimos 16 años. Aunque diferimos en la visión de cómo deben abordarse los asuntos del Estado, coin­cidimos en la importancia de respetar y hacer respetar los principios que deben regir a la administración pública, sobre todo la continuidad de lo que se ha hecho bien, de lo que funciona y que la gente aspira se pueda preservar.

Para la población en gene­ral, llega el momento de man­tenerse alertas y vigilantes, tanto o más como antes. Ha sido siempre nuestra aspira­ción que la sociedad domini­cana eleve su conciencia po­lítica, aunque nos perjudique a nosotros mismos. Ese sentir fue el que llevó a Juan Bosch a la política y a crear el partido más organizado y con la base ideológica más profunda de toda América Latina. Nos toca trabajar para retomar ese ca­mino. La prueba más impor­tante de que hemos avanzado como sociedad es la entrega ordenada y transparente del poder, cuando las urnas re­flejan la voluntad irrevocable del pueblo dominicano. En las elecciones del pasado do­mingo 5 de julio ganó la de­mocracia, porque todo el país reconoce un resultado inequí­voco, que ha sido acogido por la dirigencia política nacional sin presiones y sin mayor di­lación. Eso fortalece nuestra vocación democrática.

Ahora nos toca seguir tra­bajando por perfeccionar y mejorar nuestro sistema polí­tico, por fortalecer a los parti­dos y que vuelvan a ser reco­nocidos como entes justos y representativos de una socie­dad que necesita de sus insti­tuciones, hoy más que nunca. Vamos a trabajar con ahín­co y con mucho corazón, por nuestra patria, nuestro gran proyecto común.

Los comentarios están cerrados.