El nuevo Gobierno

El presidente electo Luis Abinader llegará al Palacio Nacional rodeado de grandes expectativas y confianza que la población espera sean cumplidas.

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Fueron cumplidas las expectativas que provinieron de las encuestas realizadas previo a las elecciones presidenciales y congresuales del domingo pasado.

Finalmente, Luis Abinader se ha convertido en el Presidente electo y asumirá el próximo 16 de agosto, acatándose así el mandato de la Constitución.

El ejercicio gubernamental se extenderá por los próximos cuatro años, a menos que se acoja a la misma Constitución y Abinader opte por otro periodo, lo que estaría en discusión de acuerdo al desempeño y la correlación de fuerzas dentro del Partido Revolucionario Moderno.

Iguales expectativas que hubo sobre los resultados de las elecciones pasadas, también existen en torno a las ejecutorias del nuevo Gobierno.

El Presidente electo emprenderá con retos insalvables en materia económica, social, institucional y bajo la amenaza de la pandemia del coronavirus.

El punto más neurálgico radica en el estancamiento en la economía producto de los efectos del Covid-19, que ha motivado que cerca de un millón de dominicanos corren el peligro de perder el sustento permanente de sus familias.

De ahí que ha sido tan válido que Abinader, tanto en la campaña como después de conocidos los resultados preliminares de las elecciones, insista en convocar a todos los sectores a aunar esfuerzos para subsanar esta realidad.

Como principal figura del nuevo Gobierno, el Presidente electo es consciente de que las próximas autoridades demandan del sacrificio colectivo para relanzar la economía, recuperar los empleos perdidos y así garantizar la seguridad ciudadana y de bienestar que siempre aspira el país.

Hay que propiciar también la institucionalidad con respeto estricto a las leyes y replantear el enfoque del Estado en cuanto a la lucha contra la corrupción, con autoridades que gocen de la credibilidad necesaria para actuar al margen del acostumbrado favoritismo partidario que tanto daño ha causado al desarrollo democrático.

Abinader y el PRM deben estar conscientes que llegan al Palacio Nacional bajo un manto total de confianza y que las expectativas serán acrecentadas desde que se aproxime el 16 de agosto y también desde que la población perciba el compromiso desde el Estado en defender y propiciar las mejores causas que conduzcan al bien colectivo.

Los hechos, sin embargo, hablarán por las nuevas autoridades.

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