DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-
Es necesario y urgente que, desde el Gobierno y el Partido Revolucionario Moderno, haya una aclaración sobre la versión de que la Cámara de Cuentas forma parte de posibles negociaciones para alianzas con miras a los comicios del próximo año.
Con insistencia se escucha que el PRM ofertaría a Guillermo Moreno la candidatura a senador por el Distrito Nacional y que su esposa Aura Celeste Fernández sea designada como presidenta de ese organismo fiscalizador, como parte de un acuerdo entre esa organización y el partido AlPaís.
De ahí, se explicaría el interés que habría en ciertas esferas gubernamentales y dentro del PRM en propiciar que la Cámara de Diputados impulse un juicio contra los actuales miembros de la Cámara de Cuentas.
También una explicación adecuada despejaría cualquier duda sobre el interés de los partidos de la Liberación y de Fuerza del Pueblo en evitar ese juicio político.
En caso de que exista ese plan del Gobierno y del PRM sería un golpe duro al discurso de la transparencia y la institucionalidad que se ha vendido a la población desde el Palacio Nacional, lo que vendría a frustrar el sueño a favor del fortalecimiento de la democracia.
Nadie duda que desde el Gobierno se motoriza la destitución de la actual Cámara de Cuentas. Otro caso sería que el interés detrás de esa acción pueda ser con el fin de negociar los cargos con posibles aliados políticos, lo que se aleja mucho de la necesidad que abraza el país de contar con la total independencia de ese organismo fiscalizador.
Creemos que sería saludable que el Gobierno y el PRM despejar las nebulosas que hay sobre que la Cámara de Cuentas sería utilizada como botín para atraer a Guillermo Moreno y AlPaís al tren de la reelección del presidente Luis Abinader.
Tampoco a Moreno y a su esposa no le sería de mucho beneficio llegar a una instancia de poder cuando tendrán que renunciar a su postura conocida contra la corrupción y la falta de institucionalidad.
El juego es complicado de entender, pero hay que velar porque el país no sea perjudicado por los intereses particulares del momento, cosa que se pensaba era algo del pasado.
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