Hay algo pintado en la pared

SANTO DOMINGO.- (AUTOR: Gilberto Arturo Rojas Rigaud).- HAY QUE REPLANTEAR EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA LIBERTAD. SOBRE TODO CUANDO SE VIVE EN UNA ISLA QUE, COLGADA EN EL MISMO TRAYECTO DEL SOL, VIVE BAJO SOMBRAS.

Y vi una sombra, pintada en la pared. Me acerque para verla, pero no era cierto. Después, después me coloqué en lo alto para ver la ciudad, pero vi que aquella era una ciudad hecha de sombras. Entonces comprendí que aquella sombra, la primera que vi, era cierta.

Gilbert Arturo Rojas, articulista
Gilbert Arturo Rojas, articulista

Puedo definir aquella sombra como, Constitución. ¿Existe? Desde que alguien dijera una vez que “es un simple pedazo de papel” quien no pone en duda su existencia. Para hablar de soberanía, ella esta allí, a todo lo alto, pero, para hablar de derechos, ¿Quién habla de derechos en una sociedad hecha de sombras? Parece frustrante. Sangre derramada en vano. Y hoy, algunos héroes de revés.

Mi historia comienza aquí, ahora, justo debajo de este párrafo, porque aquellas palabras dichas anteriormente no son más que un poema que también cuelga en la pared que se mece a lo que es y lo que no puede ser.

“Pues aquel día, sí, uno de esos días que queremos dar un paseo por la ciudad y visitar a algunos amigos, nos trasladábamos de un punto a otro de la ciudad cuando repentinamente una patrulla nos hizo pare. Así lo hizo el conductor, a la derecha como siempre.

Pronto se nos indicó que nos bajáramos del vehículo, así lo hicimos, uno por uno fuimos registrados, para ver si teníamos arma de fuego o  arma blanca; el vehículo también lo registraron, buscando no se que cosa. En eso mucha gente pasaba por la calle y miraba, unos a pies, otros en vehículos. Yo no tenía nada que temer, al igual que mis amigos y el chofer, quien tenía todos sus documentos en orden, y el peaje en un bolsillo por si las moscas.

Algunas preguntas a mi amigo chofer, alguna preguntas por separados. En ese instante imaginé que había una alerta nacional y que el país estaba bajo guerra, o en medio de la cacería de  un gran asesino que se dio a la fuga, algún enemigo del Estado o algo así, pero no, mi creatividad no era tan poderosa como para entender que aquello era un simple rutina, despojar por sus derechos a los ciudadanos es normal, que todos seamos tratados como delincuentes es algo que no debe tomarnos por sorpresa, después de todo, todos, aparentemente, somos el enemigo público, aquellos, los que tenemos la potestad de poner y de quitar, somos el cáncer, digo yo.

Después de devolverle los documentos a mi amigo chofer, nos subimos al vehículo y bueno, ya teníamos un tema para hablar en lo que llegábamos a nuestro destino, Mi país.”

Pero, aun veo algo pintado en la pared. Parece libertad. Puedo ir y venir cuando me plazca. ¡Que bien! Puedo dejar el trabajo y vivir del cuento el día que se me venga en gana. ¡Maravilloso! Puedo hacer tantas cosas en un país tan libre como el nuestro. Claro, menos salir de el. ¿Somos libres? Si, claro, a veces podemos opinar y en ocasiones levantar la voz. No muy alto claro esta, pero si, se nos permite disimular para vernos lindos antes los ojos del mundo.

Libertada. La democracia de elegir. (Suspiro) ¿Me sirve de algo? Pues alguien dijo una vez que, “no hay libertad sin ley”, poner las cosas en orden es parte de la libertad, pero ¿para quien es la ley y para quien es la libertad, y para quien es el orden cuando hay una sombra que nos arropa en el desorden?

Ser libre, mientras observas como un niño muere de hambre y no poder hacer nada, no es libertad. Y es dictadura cuando sabes que no es sólo un niño, son cientos, cada día. Pero ver como los hipócritas salen con sus discursos diciendo que eso fue eliminado ya, y que otros los aplauden, y que la prensa la secunda, y que nadie tiene el valor de contrarrestar aquellas palabras, no es libertad.

No es libertad cuando das una vuelta por los rincones de tu media isla y descubres que aun hay millones de casa hechas prácticamente de carton, vivir en una es peor. No es libertada cuando no sabes para que te sirve la educación. No es libertad cuando no existen las oportunidades, entonces ¿para que estudiar?

La sombra sigue pintada en la pared. Y desde lo alto, la ciudad apenas se ve.

El rico sabe como oprimir al pobre. El opresor tiene derechos, el oprimido si alguna falta comete, hay espacio para él, en algún rincón de una de esas cárceles que arrinconan a todos, irónicamente siempre hay espacio para uno más,  y mientras se investiga el caso, ya tu suerte fue manchada, pero silencio, no digas nada, no se puede ir contra el sistema, irrumpirías su libertad.

Hablar no es malo. Expresarse, depende. En esta media isla la gente solo se expresa si va apretado en un vehículo público y el cobrador le hace a uno la vida imposible. Nos conoces tus derechos. No exiges tus derechos. En cierto modo aquel temor que se impuso mediante aquella larga dictadura, y luego con una mediática de 12 años, aun existe. “¿Acaso no era obligatorio que un fiscal estuviera presente aquel día cuando la patrulla de camino nos detuvo y nos registraron cuerpo y alma? Quizás quienes no saben que existe la palabra derecho son aquellos, lo de uniforme”.

Pero ser libre, ¿cómo serlo, en una sociedad en que la libertad es una utopía? “Búscatela como puedas” ¿Quién te engaña, quien no? Si no lo has notado aquí todos te quieren engañar, si no lo crees, te invito a que te des una vueltecita de un colmado a otro, de una tienda de ropa a otra, no temas, pueden hacerlo, después de todo, nuestra Constitución ha dictado que en esta isla debe de haber libertad.

La sombra sigue pintada en la pared. ¿Ser libre de quien, de uno mismo? Me causa risa, me causa pena, me causa lástima porque subí a lo alto y vi la sociedad que fue hecha de sombras y que nunca vio la luz.

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