EDITORIAL: Obama en Cuba

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Este martes concluye la visita histórica del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Cuba. Un hecho impensable años atrás por las tradicionales rivalidades que habían caracterizado las relaciones entre las autoridades estadounidenses y cubanas.

Desde la llegada de Obama a esa isla se ha abierto otro ciclo en los intercambios y en las conversaciones que habrán de materializarse a partir de ahora.

Franklin Puello, director de Paginaextra.com
Franklin Puello, director de Paginaextra.com

Las relaciones bilaterales tendrán que fortalecerse en el marco del respeto y de la convivencia pacífica, como bien afirmara el presidente de Cuba, Raúl Castro, admitiendo que siempre prevalecerán las diferencias históricas que han distanciado a los dos países.

Se quiere, con sentido pedido, que Estados Unidos elimine el embargo económico que ha prevalecido por décadas contra Cuba, que sólo ha servido para constreñir el desarrollo de este país en todos los renglones. Ya es tiempo que el Congreso estadounidense visualiza otro ambiente de nexos con los cubanos, porque ya no es tiempo de las restricciones ni de las presiones, sino que el diálogo y los canales diplomáticos deben activarse cada vez que exista algún diferendo.

Obama no sólo pasa a la historia como el segundo mandatario de Estados Unidos que pisa tierra cubana. Es el primer en los últimos 88 años, pero la trascendencia de su visita repercutirá en décadas posteriores y de acuerdo a la madurez que exhiban las actuales y subsiguientes autoridades de los dos países.

Obama y Castro sólo han servido para abrir el camino en el deshielo en las diferencias que siempre han existido y existirán entre los cubanos y estadounidenses, ya sea por las costumbres ideológicas, culturales e históricas.

Sin embargo, nadie puede negar la disponibilidad al diálogo y a las negociaciones que han mostrado las administraciones de Washington y La Habana.

Ahora habrá que esperar los resultados de esta visita histórica de Obama a Cuba.  No hay que perder la esperanza y el optimismo sobre este acercamiento.

Obama y Castro ya han entrado a la historia.

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