Centro Montalvo llama al Gobierno retomar relaciones con Haití con apego a la legalidad

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-  El Centro Montalvo llamó al Gobierno dominicana a retomar las relaciones bilaterales con Haití con apego a la legalidad, al advertir que se viola el orden constitucional cuando se detienen y se deportan parturientas haitianas, medida que califica como un “desatino”.

Dijo que ante la situación que prevalece en Haití, es el momento para que del lado dominicano se retomen los grandes principios del derecho internacional y de la mejor experiencia diplomática, resistiendo a la tentación de soluciones precipitadas y violentas, pero sobre todo injustas, “en búsqueda de chivos expiatorios para gran legitimidad política”.

Consideró que las medidas que deben adoptar las autoridades dominicanas ante el caso de Haití deben evitar que paguen justos por pecadores.

Criticó que el Gobierno haya suspendido el visado a los estudiantes haitianos, situación que entiende ha servido para crear un lenguaje guerrerista hacia Haití y con la medida contra las embarazadas haitianas que acuden a los hospitales públicos.

El Centro Montalvo afirmó que esas acciones evidencian que las autoridades comprenden mal el sentido político y jurídico de la soberanía. “La soberanía no otorga un cheque en blanco para hacer cualquier cosa en el territorio nacional”.

Aclaró que violar el propio ordenamiento legal constituye un atentado a la soberanía, por lo que exige el respeto irrestricto a los derechos humanos y el cumplimiento de los acuerdos internacionales por las autoridades competentes.

“La reciente medida mediática de deportar mujeres haitianas embarazadas, apoyada sobre estadísticas inconsistentes del Ministro de Salud, y de torpezas discursivas del Director de Migración y del Ministro de lo Interior, viola el propio ordenamiento constitucional, además de levantar cuestionamientos sobre la capacidad profesional e intelectual de importantes funcionarios de este gobierno”, manifestó.

Expresó que la Constitución estatuye que es atribución del Congreso Nacional establecer las normas de migración y el régimen de extranjería (Art. 93, letra h). En sus atribuciones, el congreso dominicano ha establecido consecuentemente en la Ley de migración que “En los casos que proceda la deportación o expulsión de extranjeros, se realizarán con el debido respeto a los derechos humanos, conforme lo disponen las leyes vigentes y los acuerdos ratificados por la República Dominicana”.

La organización indicó que el país es signatario de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la cual establece en su artículo 28, numerales 8 y 9, lo siguiente: «8. En ningún caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro país, sea o no de origen, donde su derecho a la vida o a la libertad personal está en riesgo de violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o de sus opiniones políticas. 9. Es prohibida la expulsión colectiva de extranjeros». La expulsión en caliente de las embarazadas se ha hecho de manera colectiva.

Sostuvo que un comunicado de la ONU publicado con fecha del 16 de noviembre de 2021 no es más que la crónica de una muerte anunciada. “La ONU no ha dicho otra cosa que lo que la misma República Dominicana ha prometido en su ordenamiento constitucional. Acatar la petición de la ONU de suspender la aplicación de las medidas tomadas por el Consejo Nacional de Migración constituye también un acto de soberanía. Sería una acto razonable y responsable de soberanía nacional consecuente con la Carta Internacional de los Derechos Humanos, de las que el país es signatario”, insistió.

Afirmó que es difícil tratar este asunto con un ambiente político contaminado por un ultranacionalismo oportunista que no obtempera ni siquiera la propia legalidad. Pero sentimos la responsabilidad de insistir, una vez más, sabiendo que vendrán los concitados insultos, que es tiempo de recapacitar.

“Es el tiempo de volver a retomar el tono cooperativo de la política bilateral proclamada el 12 de enero pasado desde el mismo Palacio Nacional. Se trata de poner nuestro grano de arena diplomático y responsable en el necesario reordenamiento de Haití. Frases retóricas en foros internacionales como «no hay solución dominicana para el problema haitiano» no ayudan en nada. Porque, ¿quién ha sostenido semejante tesis en alguna parte del planeta?”, agregó el Centro Montalvo.

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