La nueva Suprema

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- E l Consejo Nacional de la Magistratura ha cumplido con el mandato constitucional de evaluar, ratificar o sustituir jueces en la Suprema Corte de Justicia. Fue un proceso sometido al escrutinio del país, con la demanda conocida del sector empresarial y de otros   de la sociedad por la legítima preocupación por una renovación de la matrícula de ese tribunal con personas dotadas de integridad y confiabilidad.

Luis Henry Molina fue nombrado como presidente,  junto a otros jueces de carrera y actuales magistrados de esa alta corte, quienes   tienen la responsabilidad de llenar las expectativas y también impulsar una nueva ola de reformas por la que tanto aboga Jorge Subero Isa, expresidente de ese tribunal.

Los retos son muchos para la nueva integración del tren judicial. Rescatar la credibilidad y la confianza de la sociedad, facilitando un mayor acceso al derecho a la defensa por parte de la ciudadanía, además de contribuir a reducir los denominados presos preventivos.

Otro elemento que espero que la nueva Suprema despeje es el criterio de que la Justicia está secuestrada por el mapa político de turno, permitiendo en muchos casos que prevalezca la impunidad para ciertos allegados al liderazgo partidario.

Por igual, deberá prestar debida atención a la mora judicial, que ha venido a incidir negativamente en la acumulación de los expedientes en los tribunales y en pérdidas económicas para el Estado por los tantos reenvíos.

La nueva Suprema tiene el compromiso de mejorar las condiciones laborales de los jueces y del personal judicial en todo el país,  y la infraestructura, ya que ha sido vergonzoso que se imparta justicia en furgones y en salas en pésimas condiciones.

Los magistrados designados ayer por el Consejo Nacional de la Magistratura, encabezado por el presidente Danilo Medina, deben velar por la pulcritud de los jueces de las diferentes instancias, estableciendo las sanciones estipuladas por las leyes contra aquellos que se aparten de su responsabilidad ante la sociedad, empañando la buena imagen que debe exhibir el Poder Judicial.

Luis Henry Molina y los demás integrantes de la nueva Suprema tendrán, por igual, que manejarse con total apego al compromiso asumido de velar por el respeto de la Constitución, cuidando de no cruzar el hilo que los separa del límite de la partidocracia, lo que solo podría lograrse con una conducta ajustada a las leyes por parte de estos funcionarios, independientemente de los sectores que afectan con sus dictámenes y su visión de su responsabilidad social.

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