La manzana de la discordia y el diálogo (editorial)

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-  Nuevamente el Ministerio de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) está inmersos en un conflicto innecesario.

No se justifica que los maestros operen contrarios a la celebración de concursos para escoger a directores distritales y regionales de acuerdo a los méritos que presenten aspirantes en un proceso transparente.

plumaEl Consejo Nacional de Educación ha despojado de la discrecionalidad que tenía el ministro de Educación de turno en la designación de estos funcionarios medios del sistema educativo.

El planteamiento de la ADP va dirigido a que las ternas no proceden para la escogencia de los directores, quienes tendrían que ser designados solo para llenar las vacantes que se presenten.

Sin embargo, es conveniente que las autoridades convoquen a aspirantes para suplir todos los cargos de directores a nivel nacional, eliminando así el favoritismo político que siempre ha existido desde hace años.

Constituye una buena iniciativa la adoptada por el Consejo de Educación, por lo que no se explica que ahora el gremio de los profesores trate de entorpecer el normal curso de la docencia con paralizaciones en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.

Tanto el Ministerio de Educación como la ADP deben caminar el mismo tránsito por el bien del fortalecimiento del sistema educativo, pero nunca con actitudes que frenen las sanas gestiones que solo procuren transparencia en el manejo de los recursos humanos y financieros.

Es tiempo de erradicar el sistema clientelar que siempre ha existido con la designación de los directores distritales y regionales de acuerdo a las parcelas que han merodeado a lo interno de la ADP y en ciertas esferas del Ministerio de Educación para favorecer a personas sin ninguna preparación para ocupar estas posiciones.

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