República Dominicana, ¿podría tener una ciudad inteligente?

TALYAM VÁSQUEZ,  autora del artículo

En el año 1962 el canadiense Marshall Mcluhan empleó el concepto de Aldea Global, el cual había sido utilizado anteriormente en libros y documentos. En su libro la Aldea Global refiere como los medios electrónicos ocupan un espacio preponderante en la vida cotidiana y la manera en que hemos ido evolucionando conforme el uso de la tecnología.

Talyam-VasquezPara aplicar lo dicho por Mcluhan bastaba con imaginar que comunicarse con alguien que residiera en un país lejano como la China, resultaría imposible y en caso de lograrlo no sería en el mismo momento. El tiempo real, término que surge a propósito de la revolución tecnológica y lingüística introducida por la globalización. Este concepto de Aldea Global ha inspirado sueños, utopías e ideas geniales y claro, algunas no tan geniales, a la vez que vinculan al ser humano en una nueva forma de comunicación; más cercana, pero también más distante.

Navegando con esta nueva nave que nos ha suministrado la tecnología me tropecé con un decálogo de yogobierno.org denominado 10 buenas ideas de gobierno 2.0 en América Latina, el cual fue inspirado para describir a través de distintas secciones o apartados como “Latinoamérica está viviendo un proceso de increíble vitalidad en la adopción de tecnología desde y hacia los gobiernos”.

Dentro del referido decálogo en la sección No. 7, leí sobre las ciudades inteligentes, asunto que me resultó interesante y motivador para compartir con mis amables lectores en este artículo. Cintel.org, la define como aquella ciudad que se caracteriza por el uso intensivo de las TIC en la creación y mejoramiento de los sistemas que componen la ciudad. Para William J. Mitchel, hay que combinar el software con las redes de telecomunicaciones digitales, la inteligencia integrada de forma ubicua y los sensores identificadores.

Todo esto ha contribuido para que la tercera edición de los Smartcity Expo World Congress, cumbre mundial de ciudades inteligentes que realiza la Fira Barcelona, eligiera a Río de Janeiro como la mejor ciudad inteligente del 2013 en los World Smart City Awards compitiendo con ciudades como Berlín y Copenhague.

Para ello, Río de Janeiro cambió la plataforma de su Gobierno local, en donde éste supervisa de manera permanente lo que sucede en la ciudad, también la implementación de una gestión municipal online y telefónica, la regeneración urbanística de la zona etc.

Otras ciudades de Colombia y Chile se han dispuesto a convertirse en ciudades inteligentes, para lo cual han empleado distintas iniciativas. En el caso de Chile, sus líderes entendían que debía convertirse en un país digital, definiendo el concepto, elaborando las agendas públicas – privadas etc. En el caso de Colombia a través del sitio Ciudades Inteligentes de Estrategia Colombia, busca generar diálogo incluyendo a la población – gobierno para juntos construir las smart-cities del futuro.

Hasta la fecha el mayor intento que ha hecho República Dominicana de convertirse en una ciudad inteligente ha radicado en la construcción de su parque cibernético y de disponer en un sector de la población de becas para especializarse en el Instituto Tecnológico de las Américas, (ITLA). La población sin embargo, no percibe si los conocimientos que han adquirido los que se han especializado han sido puestos al servicio de la ciudad y se preguntan si iniciaran planes pilotos en las provincias más pequeñas.

Se ha hablado de eficientizar el tránsito con los llamados semáforos inteligentes, sin embargo, la inteligencia se va, cuando funcionando estos, se aparece un AMET, a “dirigir el tránsito”. También, se habla de transparentar las Instituciones del Estado, de dar libre acceso a la población hacia la información, no obstante, se realizan distintas artimañas, para dar informaciones incompletas y en el peor de los casos esconder las informaciones que requiere la sociedad para fiscalizar la inversión de los recursos públicos. No hay una verdadera Transparencia.

República Dominicana no posee una ciudad inteligente y aunque existen iniciativas en ese sentido, no parece haber una voluntadorientada a su construcción.No solo del gobierno sino de cada uno de nosotros que como ciudadanos debemos analizarnos para evitar que sucedan situaciones que vulneren y pongan en tela de juicio nuestra capacidad, pongo de ejemplo las primeras 48 horas de funcionamiento del 9-1-1 en donde el 60% de las llamadas fueron calificadas como molestosas, boicoteando nosotros mismos el sistema y poniendo en peligro la seguridad propia.

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