Iglesia Católica llama a jóvenes a levantar su voz contra la corrupción, narcotráfico y otros males

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), en su Carta Pastoral titulada “Escuchar y acompañar a los jóvenes en un proceso de discernimiento”, invita a la juventud a ser “la voz que clama en medio de la sociedad, denunciando los males de su ambiente, y con su conducta cambiar a los demás jóvenes para preparar los caminos del Señor”, tal como anima el Papa Francisco.

Los representantes de la Iglesia Católica en la República Dominicana se unen a los jóvenes en esta misión, al comprometerse a fortalecer la promoción de la vida social, económica y política orientada a la justicia, solidaridad y la paz, para ser “la voz de quienes no la tienen ante los líderes nacionales, denunciando la corrupción, el tráfico de armas, el narcotráfico y la explotación de los recursos naturales, e invitando a la conversión a quienes son responsables”.

El incremento de muertes en la población juvenil a causa del suicidio, homicidios, y accidentes de tránsito preocupa a los prelados; así como los altos niveles de violencia, la sexualidad desordenada, apatía, ausencia de apasionamiento, y temor de participar en las luchas para la construcción de un porvenir colectivo de paz por parte de la juventud.

Resaltan, al mismo tiempo, el protagonismo de jóvenes en la historia de la Nación dominicana y la inclusión en la sociedad de jóvenes con capacidades especiales. “Estos jóvenes especiales nos muestran con su fuerza de voluntad cómo superar los límites de la vida y en ellos descubrimos una gran belleza humana y un gran amor al valor de la vida.  “Nuestra República nació por las ideas e iniciativas de Juan Pablo Duarte y un grupo de jóvenes, los Trinitarios. Duarte, tenía 25 años de edad; Juan Isidro Pérez 21, y Pedro Alejandro Pina había cumplido solo 18 años”.

Los obispos llaman la atención a los padres, recordándoles que es su deber acompañar a sus hijos en el proceso de formación. “La familia es fundamental, pues los padres acompañan, orientan, guían, transmiten valores y creencias, y los educan en la fe”. En ese mismo orden, exhortan a los sacerdotes, religiosos y religiosas, educadores, catequistas, líderes y coordinadores de grupos y movimientos apostólicos continuar colaborando en dicho proceso.

Los obispos, en su anual Carta Pastoral emitida con motivo del Día de Nuestra Señora de La Altagracia, pidieron perdón a los jóvenes y familias afectadas por anti-testimonios de algunos miembros de la Iglesia. “Entre las luces también hay sombras. Como Iglesia pedimos perdón a los jóvenes y sus familias que se han visto afectados por cualquier anti-testimonio de algunos miembros de nuestra Iglesia. Que debilidades de algunas personas de nuestra comunidad eclesial no les desanimen. Que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder su confianza. La Iglesia es su madre, no les abandona y está dispuesta a acompañarles por caminos nuevos”, manifestaron los obispos.

La Carta Pastoral, donde los obispos se proponen hablar a los jóvenes desde su realidad, también hace referencia a la amplia labor educativa en favor de los jóvenes realizada por la Iglesia, cuyos esfuerzos han aportado a su formación humana, moral y espiritual; al desarrollo de su liderazgo, descubrimiento de sus talentos, cultivo de la fraternidad, servicio y amor al prójimo.

Sobre la Carta Pastoral

Es uno de los documentos oficiales de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), donde los obispos se dirigen especialmente a la feligresía católica, tocando un tema doctrinal, catequístico, pastoral y teológico. Su publicación se realiza en ocasión de la festividad de Nuestra Señora de La Altagracia, protectora del pueblo dominicano, celebrada cada 21 de enero.

A diferencia, el documento llamado “Mensaje” y que se publica en el mes de febrero, en ocasión de la Independencia Nacional, va orientado a tratar temas de interés nacional, presentando al país orientaciones, a la luz de la fe, de carácter socio político y dirigido a todos los dominicanos.

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