Discurso de Pared Pérez en encuentro con secretario de ONU

PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL
DR. REINALDO PARED PEREZ,
PRESIDENTE DE LA REUNION CONJUNTA
DE LAS CAMARAS CONGRESIONALES,
CON MOTIVO DE LA SESION SOLEMNE EN
HONOR AL SEÑOR BAN KI-MOON,
SECRETARIO GENERAL DE LA
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU)

Santo Domingo, D. N.
16 de julio del 2014.-
Excelentísimo Señor
Ban Ki-moon, Secretario
General de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU)

Honorable Señor
Presidente de la Cámara de Diputados
y Vicepresidente de la Reunión Conjunta,
Lic. Abel Martínez Durán

Honorable Señor
Presidente del Tribunal Constitucional,
Dr. Milton Ray Guevara y demás
Magistrados

Honorable Señor Presidente
de la Suprema Corte de Justicia,
Dr. Mariano Germán y demás
Magistrados

Honorables Señores Secretarios y
Secretaria del Bufete Directivo
de la Reunión Conjunta

Señores Miembros del Cuerpo
Diplomático, Consular y de los
Organismos Internacionales
acreditados en el país

Honorables Legisladores y
Legisladoras, integrantes de la
Reunión Conjunta

Honorable Señor Presidente del
Tribunal Superior Electoral,
Lic. Mariano Rodríguez y
demás Magistrados

Honorable Señora Presidente
de la Cámara de Cuentas de la
República Dominicana,
Dra. Licelot Marte de Barrios y
demás miembros

Autoridades Civiles y Militares

Invitados Especiales

Señoras y Señores:

El artículo 121 de la Constitución de la República, contempla la posibilidad de manera inequívoca de que el Senado de la República y la Cámara de Diputados puedan sesionar unidas a la vez, en lo que denomina “Reunión Conjunta de las cámaras”. La otra modalidad prevista por la Carta Magna a diferencia de ésta, lo constituye la Asamblea Nacional, que implica aspectos deliberativos y de toma de decisiones por parte de ambos órganos legislativos, convocados y reunidos a tales propósitos.

Ahora bien, establecen literalmente las disposiciones contenidas en el señalado artículo 121, que “Las cámaras se reunirán conjuntamente para los casos siguientes: 1) Recibir el mensaje y la rendición de cuentas de la o el Presidente de la República y las memorias de los ministerios; 2) Celebrar actos conmemorativos o de naturaleza protocolar”.

Asimismo, el artículo 93 del Reglamento que norma y regula el funcionamiento de la Asamblea Nacional y de la Reunión Conjunta, consagra y dispone que “Las cámaras podrán también reunirse conjuntamente para la celebración de actos conmemorativos o de otra naturaleza que no se relacionen con el ejercicio de las atribuciones legislativas de cada Cámara ni de las que están señaladas por la Constitución como exclusivas de cada una de ellas”.

De modo, pues, que al recibir la distinguida visita del Señor Ban Ki-moon, en su calidad de Secretario General de Las Naciones Unidas en este augusto y solemne salón, lo que han hecho los y las congresistas de la República Dominicana en el día de hoy, es acogerse a las aludidas estipulaciones constitucionales y reglamentarias a que hicimos referencia precedentemente.

La fecha del día de hoy marca 16 de julio del año 2014 y para los dominicanos y las dominicanas Honorable Señor Secretario General de las Naciones Unidas, el 16 de julio de cada año es de una significación muy especial, pues un día como el de hoy en el año 1838, es decir, hace 176 años, fue concebida y constituida por nueve dominicanos ejemplares encabezados por Juan Pablo Duarte, la Sociedad Secreta “La Trinitaria”, que se constituiría en el germen y en el origen que nos conduciría seis años después de su fundación, a la creación de una nueva nación que se llamaría y se llama República Dominicana.

Ese histórico y emblemático día, el patriota por excelencia de nuestro país Juan Pablo Duarte, hizo que él y sus ocho compañeros compromisarios, asumieran esa gran responsabilidad al tenor del denominado Juramento Trinitario con el siguiente texto: “En el nombre de la Santísima y Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre y soberana e independiente de toda dominación extranjera que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuartos encarnados y azules atravesado por una cruz blanca; la República establecerá su correspondiente escudo de armas. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales “Dios, Patria y Libertad”. Así lo ratifico y prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.

Como habrá podido aquilatar y apreciar en su justa dimensión el honorable huésped que nos prestigia con su visita en el día de hoy, el haber obviado o soslayado la trascendencia de este histórico día, solo es propio de dominicanos indignos, ruines e ingratos y sobre todo por la importancia que implica transmitir el significado de ese mensaje, en las actuales circunstancias por las que atraviesa la República Dominicana.

Distinguido Señor Secretario General de las Naciones Unidas, apreciados congresistas, invitados especiales, público presente, concluida la Primera Guerra Mundial a finales de la segunda década del Siglo XX, un conjunto de países constituyó una organización internacional, llamada Sociedad de Naciones o Liga de Naciones, con el propósito de aglutinarlos y reunirlos y de esa forma procurar garantías de una convivencia pacífica entre sus miembros asociados y de relaciones internacionales fraternas y de buen vecino, que condujeran a evitar que se produjera una nueva conflagración similar a la anterior. Esa Sociedad de Naciones o Liga de Naciones, no pudo cumplir con el cometido para la cual fue creada y es por ello que en el año 1939 se dio inicio lamentablemente, a lo que se conocería como la Segunda Guerra Mundial.

Seis años de horror, de pesadilla, de muertes, de dolor, de desgracia, de terror y espanto tuvo que vivir la humanidad toda, para que los países intervinientes en ese grave conflicto bélico, adquirieran conciencia una vez terminado dicho conflicto, de la importancia y transcendencia que revestía la creación de un organismo internacional con un vasta capacidad de autoridad y de mediación entre las naciones del mundo, dando lugar en el mes de octubre del año 1945 al nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La Organización de las Naciones Unidas “es la mayor organización internacional existente”. Actualmente se “define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho Internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos”. Desde su integración, han sido y son muchos los conflictos, guerras entre países, invasiones, problemas regionales, de territorios, de nacionalidades, de soberanía, raciales, religiosos, de equidad de género y otros tipos de diferendos, en que ha tenido que intervenir e interviene la autoridad de la Organización de las Naciones Unidas. Hoy en día tiene una matrícula de 193 Estados soberanos.

Desde hace varios años, usted se viene desempeñando como Secretario General de esa instancia internacional de competencia y ascendencia mundial. Sé que son muchos y agobiantes los problemas y las dificultades que deben merecer su atención y la del organismo que usted dirige. Esta isla y esta zona geográfica no escapan a ello.

La isla de La Hispaniola está integrada por dos países, Haití y la República Dominicana; con sus altas y bajas han convivido fraternamente y han sabido sobrellevar unas relaciones en sentido general, de hermandad y de coexistencia pacífica. No es verdad. Absolutamente no es verdad, que aquí se discrimine al ciudadano haitiano por razones de raza o de color, como tampoco por asuntos de nacionalidad. Todo lo contrario. Hoy en día el nacional haitiano es una fuerza laboral en nuestro país de consideración, sobre todo en áreas y sectores muy importante de la vida dominicana. Ojalá haya podido comprobar lo que en este momento afirmamos y sostenemos y la ONU pueda contribuir a ayudarnos a sobre llevar, lo que es la vigilancia y la supervisión de una frágil e indefensa frontera que sirve de canal al tráfico de armas, de personas, al narcotráfico y a todo tipo de inconductas y actitudes delincuenciales.

Honorable Señor Ban Ki-moon, a raíz de la sentencia 168-13 dictada por el Tribunal Constitucional en septiembre del año pasado, el país ha sido objeto y el centro de una infamante, difamatoria y desconsiderada campaña en su contra, cuando lo que realmente se procura en puridad de verdad, es empezar a regular y transparentar de una vez y por todas, el grave problema migratorio que hemos padecido por décadas y décadas, debido a la indiferencia e irresponsabilidad de muchas de nuestras autoridades y que ahora con una nueva ley sobre naturalización, se contribuye a buscar una vía adecuada para la solución al mismo.
Señor Secretario General de las Naciones Unidas, todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad, saludamos y vemos con agrado su presencia en nuestro país y a la vez que le damos la más cordial bienvenida a nombre del Congreso de la República Dominicana, extiéndanos el brazo solidario de su alta investidura y contribuya usted y la Organización que dirige, a ayudarnos a administrar y resolver el grave problema aquí planteado y que no escapan a su conocimiento y dominio.

Muchas Gracias.
Santo Domingo, D. N.
16 de julio de 2014.-

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