Conmoción como no se ha visto otra: la COVID-19 sacude los mercados de productos básicos

WASHINGTON, Estados Unidos.- A medida que los países de todo el mundo hacen frente a la emergencia sanitaria de la pandemia de COVID‑19, los efectos económicos de la suspensión de casi toda actividad han repercutido inmediatamente en los mercados mundiales de productos básicos y es probable que sigan afectándolos durante los próximos meses.

Tal como se señala en la edición de abril del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos), la pandemia ha afectado tanto a la oferta como a la demanda de productos básicos. Esos efectos son directos —resultantes de los confinamientos para mitigar la propagación del virus y la alteración de las cadenas de suministro—, pero también indirectos, pues la reacción mundial a la pandemia desacelera el crecimiento y conduce a lo que se prevé será la recesión mundial más profunda de los últimos decenios.

El verdadero impacto de la pandemia en los mercados de productos básicos dependerá de su gravedad, su duración y la forma en que los países y la comunidad mundial decidan responder a ella. La pandemia puede dar lugar a cambios permanentes en la oferta y la demanda de esos productos y, en especial, en las cadenas de suministro que los trasladan desde los productores hasta los consumidores de todo el mundo.

Los efectos ya han sido considerables, en particular en el caso de los productos básicos relacionados con el transporte. Los precios del petróleo se han hundido desde enero y han alcanzado mínimos históricos en abril, cuando algunos precios de referencia se han negociado en niveles negativos. Las caídas reflejan la fuerte disminución de la demanda y se han visto exacerbadas por la incertidumbre en torno a los niveles de producción de los principales productores de petróleo. Debido a los esfuerzos de mitigación, que han supuesto la limitación de la mayoría de los desplazamientos, se espera que este año la demanda de petróleo disminuya en una cantidad sin precedentes de 9,3 millones de barriles por día con respecto al nivel de 2019, que fue de 100 millones de barriles diarios. Se prevé que el precio del petróleo alcance un promedio de USD 35 por barril en 2020, lo que supone una fuerte revisión a la baja con respecto a la previsión de octubre, y un desplome del 43 % con respecto a la media de USD 61 por barril de 2019. Los precios del caucho natural y del platino, ambos muy utilizados por la industria del transporte, también han sufrido bajas.

Los recientes esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de otros productores de crudo por reducir la producción en respuesta a la caída de la demanda aliviarán en parte la presión sobre los mercados del petróleo. Sin embargo, a largo plazo, el acuerdo actual, en la medida en que suponga un respaldo para los precios, estará sometido a las mismas fuerzas —aparición de nuevos productores, así como procesos de sustitución energética y aumento de la eficiencia— que condujeron al colapso de anteriores acuerdos de la OPEP y otros pactos sobre productos básicos. En una sección del informe se examina la OPEP desde la perspectiva histórica de anteriores esfuerzos coordinados para gestionar los precios de determinados productos básicos.

Se prevé que los precios de la energía en general —que también incluyen los del gas natural y el carbón— se reducirán en promedio un 40 % en 2020 con respecto a 2019, si bien experimentarán un repunte notable el próximo año. Aunque los precios del gas natural han disminuido considerablemente este año, los del carbón se han visto menos perjudicados, ya que la demanda de electricidad se ha visto menos afectada por las medidas de mitigación.

La interrupción de la actividad económica ha afectado a productos básicos industriales como el cobre y el zinc, y se espera que este año los precios de los metales en general caigan. La desaceleración del crecimiento económico en China, que representa la mitad de la demanda mundial de metales, afectará a los precios de los metales industriales. Por otra parte, los precios del oro han aumentado, dado que los compradores han buscado seguridad frente a las turbulencias de los mercados financieros.

Los precios agrícolas están menos vinculados al crecimiento económico y solo han sufrido disminuciones menores en los primeros meses del año, con la excepción del caucho, que experimentó una fuerte caída, y del arroz, que aumentó debido al empeoramiento de las condiciones de las cosechas y a algunas restricciones comerciales. Se prevé que en 2020 los precios mundiales de los productos agrícolas se mantengan en general estables, ya que los niveles de producción y las existencias de la mayoría de los alimentos básicos se encuentran en máximos históricos.

FUENTE: Banco Mundial

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