Actividades delictivas de haitianos en la frontera se han convertido en prácticas comunes

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El rapto y despojo de pertenencias a personas que se movilizan por la Carretera Internacional, en sus 55 kilómetros desde la comunidad de Pedro Santana hasta Restauración, se ha convertido en una práctica cotidiana por parte de turba de haitianos por la poca seguridad de militares domincianos que custodian la zona.

El secuestro de fue objeto el médico Pedro Ureña y otras personas que le acompañaban el sábado en un recorrido en motocicletas vino a despertar la situación imperante que bordea toda la parte límitrofe del país, a pesar de los anuncios constantes que formula el Ministerio de Defensa de que la frontera se encuentra totalmente resguardada con el reforzamiento permanente de efectivos.

La turba de los extranjeros portaba machetes, punzones y hachas para mantener cautivas a varios  dominicanos como un mecanismo de presión para que las autoridades del Ejército les devolvieran dos motocicletas que fueron retenidas en un operative, ya que sus conductors no portaban ninguna documentación.

Los secuestrados fueron, además de Pedro Ureña, Johnny Aquino, Luis Andrés Cordero, Oscar Valiente, Gilberto Ureña, Joaquin Anico y Diego Cordero, quienes participaban en un recorrido en motocicletas por la Carrertera Internacional con destino a Puerto Plata, saliendo desde Pedro Santana.

“En un operativo realizado por el Ejército, fueron retenidas dos motocicletas a nacionales haitianos sin documentación, y fue entonces, cuando, los del vecino país en actitud de presionar para que las autoridades dominicanas les devolvieran las motocicletas, procedieron a bloquear la Carretera Internacional, con árboles e incendiando neumáticos”, ha explicado el ministro de Defensa, teniente general Rubén Paulino Sem, sobre el incidente.

Las autoridades militares dispusieron una investigación sobre la actuación de los efectivos que estuvieron en la escena del incidente, pero que se abstuvieron de proceder ante los haitianos que exhibían armas blancas en su defensa.

“Lo que más me molestó fue que había dos militares con M-16 parados. Y les preguntamos: ¿ustedes no pueden hacer nada? Y respondieron que no”, narró el doctor. “O sea en mi país, somos atacados por extranjeros, y el Ejército Dominicano que está supuesto a defendernos lo que nos dice es que no pueden interferir”, manifesto el medico Pedro Ureña.

 

 

 

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