Trujillo y Balaguer: dos actores de cine y teatro

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-.  Antes de que existieran las series de Netflix, el generalísimo Rafael Trujillo y el doctor Joaquín Balaguer protagonizaron una historia digna de Hollywood. (Puedes verla contada en nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=GWNhwzzW9tA).

Trujillo y Joaquín Balaguer fueron tan buenos actores que, si ese año los hubiesen nominado, se habrían llevado el Óscar a mejor actor principal y mejor actor secundario. Y la película que montaron —una mezcla de drama, poder y manipulación— habría arrasado en todas las categorías de las premiaciones de Hollywood.

El 3 de agosto de 1960 se rodó una de las escenas.  Para calmar la presión internacional —y tras haber perdido el apoyo de Estados Unidos—, el dictador montó una película de gran escala, donde vendía la idea que los Trujillo abandonaron el poder.  Y que —tras 30 años de dictadura— se establecía un sistema democrático encabezado por Balaguer. Convocó a la prensa internacional y organizó un acto “solemne” en el que Balaguer “asumía” la presidencia de la República Dominicana.

Las cámaras captaron a Balaguer sonriente, erguido, mirando las cámaras, dizque juramentado como nuevo presidente, mientras la prensa corrupta vendida al régimen convertía la farsa en noticia mundial. Todo estaba perfectamente guionado: según el libreto, Balaguer era vicepresidente, pero sustituía en el cargo de “presidente” al hermano menor del dictador, a “Negro” Trujillo.

Para hacer el show mediático más convincente, Trujillo acudió al Palacio Nacional a felicitar al supuesto nuevo gobernante. Pero, desde que los periodistas internacionales se marcharon, el “actor principal” (Trujillo) regresó por la puerta trasera a su verdadero despacho presidencial. El poder seguía donde siempre: en manos del Generalísimo.

Trujillo no entregó el poder; Balaguer era presidente de teatro, un personaje más dentro del guion dictatorial.

El telón cayó la noche del 30 de mayo de 1961.  Trujillo fue asesinado por sus amigos, por personas de su intimidad. Hasta entonces, nada se movía en el país sin su orden: ni el viento se atrevía a mover una simple hoja seca, si el dictador no lo autorizaba.

¿Qué le pareció, amigo lector, la actuación de Trujillo y Balaguer?

Los comentarios están cerrados.