La OEA tampoco es confiable

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Se ha insistido mucho en la necesidad de que antes de aprobarse la utilización del voto automatizado en las elecciones municipales de febrero y las presidenciales y congresuales de mayo próximos, la Junta Central Electoral asuma la obligación de llevar a cabo una auditoría técnico-forense para determinar lo que realmente sucedió en el tollo de primarias abiertas del Partido de la Liberación Dominicana en octubre pasado.

Pero además, es indispensable que antes de implementar la modalidad se lleve a cabo también una auditoría a los equipos y programa informático a ser empleados en los venideros procesos, de manera que los actores de los mismos estén seguros de que no habrá gato encerrado el día de las votaciones y consiguientes escrutinios correspondientes.

En el centro de los reclamos ha estado el expresidente Leonel Fernández, víctima indudable de aquella vagabundería, quien ha considerado la auditoria pudiera ser llevada a cabo por la Organización de los Estados Americanos, asumiendo que lo arrojado por la OEA pudiera considerarse satisfactorio.

Sin embargo, la OEA no es para nada confiable, si nos atenemos a su reciente papel en Bolivia, donde sus técnicos, a las órdenes de Luis Almagro, son los responsables de haber desencadenado una crisis política en ese país, al inventarse un fraude a cargo de Evo Morales cuya veracidad ha sido puesta en duda por reputadas instituciones académicas que para nada se les puede vincular con el exmandatario.

Es el caso de los señalamientos y reparos hechos por el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR, siglas en inglés), de los Estados Unidos, el cual sostiene que las conclusiones de los técnicos aportados por la OEA para analizar el proceso electoral boliviano no se corresponden con la realidad.

Los hallazgos del CEPR sugieren que muy probablemente los observadores de la organización hemisférica estaban prejuiciados y que los técnicos fueron a Bolivia con una idea preconcebida, por lo que les resultó fácil “determinar” que en la transmisión de resultados hubo anomalías que favorecieron al presidente Evo Morales para que no fuera necesaria la segunda vuelta.

Varios congresistas estadounidenses también han censurado el papel de la OEA en Bolivia, y no se descarta que la condición de presidente progresista y contestatario de Washington haya influido para la animadversión manifiesta de Almagro contra Morales, dando lugar a que el uruguayo haya aprovechado para crear los incidentes que provocaron el golpe de Estado.

Creemos que la organización—y sobre todo el señor Almagro—no resulta ni medianamente confiable para el caso de la auditoría, por lo cual el tema del voto automatizado debe ser descartado por falta de seguridad y de garantías de que no suceda lo que en octubre.

Nelsoencar10@gmail.com

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