¿Cuál es el problema?/Autor: Julio Vargas

SANTO DOMINGO, RepúblicaDominicana.- Muchas opiniones ha suscitado el galardón de la medalla de bronce del atleta Luis Pie, quien representó a la República Dominicana en los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016, en el Taekwondo en la categoría de 58 kilogramos, todo esto por la discusión de su nacionalidad. Sin embargo, el hecho de que sea haitiano, dominicano, chino o alemán es lo que menos debe importar a aquellos que se interesen en el deporte nacional o en la deficiente participación de los atletas dominicanos en este evento.

Julio Vargas, periodista y articulista.
Julio Vargas, periodista y articulista.

Si se detienen a pensar en quienes representaron a los demás países en estos juegos, verán (tal vez con asombro) que más de una delegación contaba con participantes de otras nacionalidades que no eran las de sus países representados, lo que da lugar a la pregunta ¿Cuál es el problema con que Luis Pie haya ganado una medalla siendo o no dominicano de nacimiento? Incluso se han visto opiniones de que Luis Pie no debe ser “recompensado” por traer la única medalla olímpica en esta oportunidad a la República Dominicana.

No premiarlo sería una injusticia, ya que estas recompensaciones son algo que se estila no solo para Luis Pie y no solo en la República Dominicana, sino que en todos los países del mundo se le otorga un premio en dinero o inmueble a aquellos participantes que obtienen medallas en estos juegos.

Desmeritar el triunfo alcanzado por este atleta por el hecho de ser extranjero, es lo que permite que los dominicanos seamos acusados de xenófobos y más grave aun cuando esta percepción va dirigida a un nacional haitiano, si es que lo es, por reacciones como esta es que el país ha sido catalogado como violador de derechos.

Lo cierto es que Luis Pie, fue un atleta que representó un país y el único que logro traer una medalla para una nación con un deficiente apoyo a los atletas olímpicos y una pobre inversión en el deporte como disciplina. Tal vez, el nuevo ministro de deportes, Danilo Díaz, tenga la lucidez de aprovechar esta brecha para unir aún más a las naciones a través del deporte y fortalecer las estructuras deportivas del país así como la inversión en talentos para las diferentes disciplinas deportivas sin importar su nacionalidad.

Hay que desaprender el pensar como dominicanos y empezar a aprender a pensar como ciudadanos de la aldea global que estableció el profesor McLuhan en las situaciones que no afecten nuestra soberanía nacional.

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