La Asamblea General de la ONU adopta el Pacto Mundial sobre Refugiados

NUEVA YORK, Estados Unidos.-Los Estados miembros han acordado un nuevo marco para atender mejor a las personas desplazadas que requieren protección internacional y a sus comunidades de acogida. El documento ha obtenido el apoyo de 181 países.

En una decisión histórica, los Estados miembros de la Asamblea General de la ONU han adoptado este lunes un nuevo marco internacional -conocido como Pacto Mundial sobre Refugiados- que transformará la forma en la que la comunidad internacional responde a los grandes desplazamientos de refugiados, beneficiando tanto a ellos como a las comunidades que los acogen.

El pacto obtuvo 181 votos a favor, dos en contra (los de Estados Unidos y Hungría) y tres abstenciones (República Dominicana, Eritrea y Libia).

“En un momento en el que los principios de cooperación internacional están sometidos a examen, es alentador ver este éxito histórico”, dijo la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed.  “Es un buen día para los refugiados, para los países que los acogen y para la Asamblea General”, destacó la presidenta de este organismo, María Fernanda Espinosa.

“Ningún país debe quedarse solo para responder a una gran llegada de refugiados”, señaló el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi. “Las crisis de refugiados piden compartir las responsabilidades internacionalmente y el pacto es una poderosa expresión de cómo trabajar juntos en el fragmentado mundo actual”.

El acuerdo dará un apoyo más sólido a los países donde vive la mayoría de los refugiados. “El pacto traduce la idea de la responsabilidad compartida en medidas concretas y prácticas para asegurar que los refugiados no sean rehenes de los caprichos de la política”, añadió Grandi.

“Reconoce que los países que acogen a muchos refugiados están haciendo un enorme servicio a la humanidad y establece formas en las que el resto del mundo puede ayudar a soportar la carga.”

El Pacto Mundial sobre Refugiados se basa en el actual sistema legal sobre refugiados, especialmente en la Convención de 1951, y en la legislación humanitaria y de derechos humanos. Es una herramienta no vinculante legalmente para reforzar la cooperación.

El documento se acordó tras dos años de intensas consultas, lideradas por la Agencia de las ONU para los Refugiados (ACNUR), con los Estados miembros, organizaciones internacionales, refugiados, sector privado y expertos.

“En mis 34 años de carrera, es la primera vez que veo un esfuerzo tan concertado, amplio, institucional e integral para dar de verdad significado a lo que dice la Convención: que los refugiados son una responsabilidad de la comunidad internacional”, enfatizó Grandi.

El pacto llega en un momento en el que hay un número récord de personas desplazadas: más de 68,5 millones de personasse han visto forzadas a abandonar sus hogares en todo el mundo, incluyendo a 25,4 millones que han salido de su país y se han convertido en refugiados.

Refugiados en países pobres

“Aunque en las últimas siete décadas se ha hecho mucho para ayudar a los refugiados y las comunidades de acogida, esa responsabilidad no se ha repartido equitativamente”, reconoció el Alto Comisionado.

Casi nueve de cada 10 refugiados viven en países en desarrollo, donde los servicios básicos como la educación y la salud a menudo ya están al límite. La vicesecretaria general, Amina Mohammed, ponía como ejemplo la región de la cuenca del lago Chad, donde “algunas de las personas más pobres del mundo han abierto sus puertas y sus corazones a la gente que huye de Boko Haram”.

“Tristemente”, añadió, “este nivel de solidaridad y humanidad no es universal y en años recientes hemos visto un contagio de cierre de fronteras contrario a la ley internacional y humanitaria.”

El pacto proporcionará más inversiones, tanto de Gobiernos como del sector privado, para fortalecer las infraestructuras y los servicios para los refugiados y para las comunidades de acogida.

“Los donantes han sido muy generosos, pero la base de donantes sigue siendo pequeña y frágil lo que nos deja a merced de recesiones económicas, por ejemplo”, explicó Grandi.

Preguntado por el voto en contra de uno de los mayores donantes internacionales, Estados Unidos, Grandi contestó que este año ese país ha hecho la mayor contribución de su historia a ACNUR y que, aunque le hubiera gustado que hubieran respaldado “institucionalmente” el pacto, cree que “en esencia” el apoyo sigue existiendo.

Integración

El acuerdo también concibe más oportunidades de reasentamiento, a través de la reunificación familiar, becas de estudio y visas humanitarias.

Se trata de integrar mejor a los refugiados en la sociedad. “La imagen que tenemos de los refugiados es la del campamento y queremos alejarnos de eso”, señaló Grandi. “Queremos hablar de ciudades que funcionan para los refugiados, acceso a servicios, a empleo, mientras esperan a poder regresar a sus países.”

El documento señala que el “retorno voluntario”, en condiciones de “seguridad y dignidad”, sigue siendo la mejor solución para la mayoría de los refugiados.

En resumen, decía el Alto Comisionado, se trata de ser “más inteligentes” en la respuesta que damos a estas crisis.

Los progresos en todos estos objetivos se medirán a través de un sistema de seguimiento que incluirá un Foro Mundial de Refugiados, que se celebrará cada cuatro años y en el que los Gobiernos informarán sobre las medidas que están tomando en cuanto a financiamiento, políticas, cambios legales, cuotas de reasentamiento.

Los 15 países en los que se ha lanzado el modelo para el pacto, conocido como Marco de Respuesta Integral para los Refugiados o ‘CRRF’, “han visto resultados tangibles” en los últimos dos años, aseguró Grandi, que explicó que los modelos de financiación alternativos, que involucran al sector privado, han conseguido movilizar 6500 millones de dólares que no se habrían reunido con los llamamientos humanitarios tradicionales.

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