Justicia con sus propias manos (editorial)

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- No se puede ocultar que hay un desbordamiento de los niveles de la delincuencia y la criminalidad.

Es inexplicable que una persona pierda la vida en un asalto por un celular. Que delincuentes no valoren la integridad física de los demás ciudadanos para cometer un hecho delictivo.

En la población dominicana se requiere de una mayor conciencia sobre la convivencia y la cordialidad.

Sin embargo, los ciudadanos no esconden su impotencia ante los daños que provocan la delincuencia y la criminalidad.

Ciertamente que el sistema judicial adolece de dificultades para una efectiva respuesta ante el dolor que sufren las familias víctimas de esas acciones deleznables.

Cuando una vida de un pariente no se puede recuperar, la gente aguarda porque los tribunales apliquen las sanciones estipuladas en nuestras leyes.

Pero las instancias correspondientes parecen que no escuchan este clamor y muchos delincuentes recuperan su libertad con total facilidad, muchas veces hasta con burla al dolor ajeno.

De ahí que los ciudadanos han optado por “tomar la justicia por sus propias manos”, práctica que no debe apoyarse bajo ningún concepto, pero que refleja la situación de desesperación en que ya se encuentran las personas cuando las autoridades se muestran incompetentes para resolver un problema que afecta a toda la colectividad.

En total se han materializado 137 linchamientos desde el año 2011, según reporta el matutino gratuito EL DÍA. La cifra es grave y preocupante, que debe llamar a la reflexión y a una respuesta efectiva por parte de las autoridades judiciales y policiales.

No hay que permitir que la situación se desborde más allá de los mecanismos institucionales y la población tenga que recurrir a enfrentar a los delincuentes para salvaguardar su integridad personal y proteger sus propiedades.

Los linchamientos no pueden verse como un tema aislado, sino como un clamor de la gente para que los tribunales y las autoridades competentes definan estrategias que garanticen la paz ciudadana.

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