Editorial: Confianza en la Junta Central Electoral

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Existen razones para rescatar la confianza en la nueva Junta Central Electoral.

El prestigio y la credibilidad que irradia el presidente de ese organismo, Julio César Castaños Guzmán, es avala suficiente para que la ciudadanía y los partidos políticos abonen sus buenos esfuerzos para contribuir al fortalecimiento del sistema democrático.

Esa apertura mostrada por el tribunal hacia las fuerza políticas es otro indicio fundamental para recuperar el espacio perdido en materia del afianzamiento de la confianza.

pluma“Nosotros creemos que lo trascendente de esto es que empezamos a construir confianza; la confianza del árbitro y de los arbitrados se construye con las acciones y la primera de estas es la apertura a escuchar y sobre todo, la transparencia de que todo lo que se trate en estas reuniones es un asunto de alto interés público. Por lo tanto, esta JCE está abierta permanentemente a escuchar y a recibir todas las fuerzas políticas del país”, puntualizó el presidente de esa institución al recibir a una delegación del Partido Revolucionario Moderno y del denominado Bloque Opositor.

La Junta hace bien con reunirse con los partidos para recabar sus impresiones sobre las situaciones que habrán de mejorarse de cara al montaje de las elecciones presidenciales, congresionales y municipales de 2020.

Además, es vital esa colaboración mutua entre la JCE y los actores del sistema para salvaguardar la identidad nacional mediante el sistema del Registro Civil.

La función de la Junta es también velar porque la dominicanidad se preserve dentro de lo establecido por la Constitución.

Fortalecer la democracia es otra responsabilidad de los nuevos miembros de la Junta. De ahí lo vital que sería que este organismo impulse las herramientas idóneas para que los partidos se desenvuelvan en el marco del equilibrio y la participación igualitaria.

Por esta razón es atinado el pronunciamiento del presidente de la Junta sobre lo conveniente que sería que el Congreso Nacional se aboque a discutir y posteriormente aprobar una ley de partidos políticos, como marco para reglamentar todo el quehacer partidaria y evitar que maniobras cuestionables se apoderen de la vida partidaria e institucional del país.

Es decir, que fondos oscuros merodeen las actividades de los partidos para amordazar las responsabilidades de los partidos en caso de ascender al Palacio Nacional.

“Como un compromiso moral y de primer orden con la sociedad dominicana” ha definido Castaños Guzmán la discusión y aprobación de los proyectos de ley de partidos políticos y del Régimen Electoral.

Es decir, que parece que la nueva Junta conoce bien el camino que habrá de transitar con pasos firmes.

 

 

 

 

Los comentarios están cerrados.